¿El deporte es saludable?
Está demostrado que el ejercicio físico es bueno para la salud y casi todos los estudios demuestran que más ejercicio significa una vida más larga y saludable así como menor probabilidad de sufrir algún problema cardiovascular. Pero más no significa siempre lo mejor. Hay estudios que concluyen que practicar deportes de resistencia como atletismo de largas distancias o ciclismo, de forma intensa y durante años, hay que tomar ciertas precauciones ante el riesgo de padecer arritmias cardíacas. Por ello es importante diferenciar entre actividad física y deporte.
Se entiende por actividad física a toda actividad o ejercicio que tenga como consecuencia el gasto de energía y que ponga en movimiento un montón de fenómenos a nivel corporal, psíquico y emocional en la persona que lo realiza. La actividad física puede ser planeada y organizada o de manera espontánea o involuntaria, aunque en ambos casos son similares. La OMS considera actividad física “cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía”. El deporte en cambio Hebert lo define como “todo género de ejercicio o actividad física que tiene por objetivo la “performance”- Antonelli dice que el deporte es “una actividad humana determinada por 3 factores: juego, movimiento y agonísmo”. La RAE lo define como “actividad física, ejercida comko juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas”.
Una vez definidos y aclarados ambos términos nos hacemos la siguiente pregunta:
¿Deporte = salud?
Pues bien, nosotros creemos que hablar de deporte no es significado de salud. Estamos acostumbrados a escuchar que practicar deporte es saludable, pero una práctica inadecuada de una práctica deportiva puede llegar a ser más perjudicial que beneficiosa para la salud.
Diferentes factores como la reiteración de un ejercicio mal realizado (levantar pesas por ejemplo), el uso de unas zapatillas que no son las que se adaptan a un corredor, un mal ajuste en la bicicleta, falta de hidratación, mala alimentación…puede ocasionar lesiones internas o llevarnos a dolores articulares.
La práctica saludable del deporte implica atención a las necesidades de nuestro cuerpo.
Si tenemos en cuenta la cantidad de lesiones que produce, el deporte ya no parece tan saludable. O mejor dicho, practicar deporte en dosis inadecuadas es poco saludable. Hacer deporte de manera excesiva puede llegar a provocar Rabdomiolisis, un trastorno en el que el músculo estriado se “desintegra” rápidamente y los productos de la disolución de las células musculares dañadas son liberados en la circulación; algunos de ellos, como por ejemplo la proteína mioglobina, son lesivos para el riñón y pueden causar insuficiencia renal aguda. Es decir, una degradación celular del músculo.
Y es que tampoco existe el deporte perfecto, sino el más adecuado para cada uno en cada momento. Por ejemplo, la natación siempre se ha dicho que es el deporte más completo que hay, y la verdad es que aporta mogollón de beneficios a quién lo practica pero en cambio, no todo el mundo posee una técnica adecuada, y esto puede producir más dolencias que las que quita. Y tampoco es el deporte más apropiado para aquellas personas mayores con osteoporosis ya que en el agua, al no haber impacto, no produce ese contacto que tanto beneficia al hueso. O el famoso y tan de moda Crossfit, esos ejercicios de alta intensidad que nos ayuda a quemar grasas y a adquirir una forma física increíble acosta en ocasiones de dolencias en el lumbar, en la espalda o en los hombros debido a las altas cargas.
Como conclusión queremos transmitir que no debemos dejar de practicar alguna actividad física, y en caso de que practiquemos algún deporte hacerlo con precaución, dosificando bien los descansos y mimando siempre a nuestro cuerpo.